En esta ocasión os quiero dar a conocer tres: La casa de la alegría de Edith Wharton, una escritora con una vida fascinante de la que seguro conoceréis su obra más famosa, La edad de la inocencia, llevada al cine por Martin Scorsese en 1993. La casa de la alegría nos cuenta la historia de una joven ambiciosa pero pobre que aspira a formar parte de la alta sociedad neoyorkina. El segundo libro que me encantaría sumar a mi colección es La camarera de Bach de Antonio Gómez Rufo, de cuyo autor no sé nada pero su argumento me atrapó desde que leí la sinopsis y por último, Lo que aprendemos de los gatos de Paloma Díaz-Mas, un libro que promete enamorar a cualquier amante de estos felinos.
Huérfana a los diecinueve años, Lily Bart es acogida por una tía en el seno de uno de los más antiguos clanes de la sociedad neoyorquina. Diez años después, aún no se ha casado, y ni su exigua renta personal ni la generosidad condicional de su protectora han hecho nada para favorecer su independencia. Empujada al mercado del matrimonio irá extraviándose y descendiendo a un mundo de feroces convenciones secretamente regido por la manipulación, el desafecto, el engaño y el chantaje.
Un nevado día de 1750 la pequeña Madlene sale del orfanato de Leipzig, en el que ha vivido, para servir como ayuda de cámara del gran músico Johann Sebastian Bach. La joven, tan adorable como curiosa y deseosa de aprender, se convierte en la luz que acompañará al genioen los últimos días de su vida, pero pronto conocerá la realidad de un mundo en el que no hay sitio para ella. Con la tenacidad que solo dan la miseria y la perseverancia, Madlene logrará convertirse en un ejemplo de superación para las mujeres de una Europa en los albores de la Revolución francesa.La camarera de Bach es el retrato inolvidable de una criada alemana que se transformó, sin saberlo, en la primera mujer de una nueva era.
Los seres humanos –piensa el gato– tienen una irremediable tendencia a entender las cosas al revés. Por ejemplo, si ven un libro que se titula Lo que aprendemos de los gatos, probablemente creerán que trata de lo que los humanos pueden aprender acerca de los gatos, para conocerlos mejor (cosa que, dicho sea de paso, tampoco estaría de más); sin embargo, para cualquiera que sea capaz de pensar con claridad, resulta evidente que Lo que aprendemos de los gatos significa otra cosa: lo que los humanos pueden aprender a partir de los gatos, es decir, lo que los gatos pueden enseñarles. Este tipo de errores se producen porque los humanos parten de la absurda creencia de que son animales superiores, cuando todo el mundo sabe que los animales superiores son los gatos.